Urarinas del río Chambira: El Covid ya llegó, pero aún hay tiempo de evitar pérdidas

Parece, hasta ahora, que la pandemia no golpea fuerte al río Chambira pero la apertura de la navegación puede estar llevando el virus, silenciosamente, hasta los lugares más recónditos. Las primeras pruebas rápidas con resultado positivo confirman su presencia, pero la magnitud de su alcance la conoceremos en unas semanas más

La señora estaba con 83% de saturación y logró reponerse gracias al concentrador. Foto: Clínica Tucunaré

La señora estaba con 83% de saturación y logró reponerse gracias al concentrador. Foto: Clínica Tucunaré

Por: Vicariato Apostólico de Iquitos

21:10|06 de agosto de 2020.- Nos envían por WhatsApp una foto. Se observa a una señora conectada a un concentrador de oxígeno proporcionado por el Vicariato. Nos produce alegría que la colecta pública sirva para atender a la población necesitada, en este caso al pueblo Urarina.

Este hecho desencadena la siguiente nota:

El Chambira es un afluente del río Marañón por su margen izquierda. Está situado en el distrito de Urarinas, provincia y región Loreto. En él habita tradicionalmente el pueblo indígena Urarina, Kachá o Kacha edze, ‘gente’, como prefieren autodenominarse. Hablan una lengua aislada de gran interés para estudiar sus rasgos sonoros. Presenta el orden OVS (Objeto Verbo Sujeto), algo peculiar en la Amazonía y muy poco frecuente en las lenguas de todo el mundo, de ahí su importancia, entre otros motivos. Aproximadamente son unas 5000 personas. Recordamos que también hay población indígena urarina en el río Urituyacu y en el río Corrientes.

Los Urarina conocen los secretos de los animales y son unos excelentes cazadores. Su territorio está siendo fuertemente impactado por la actividad petrolera y ya no encuentran los animales como lo hacían tradicionalmente. El territorio que ocupan está formado de turberas, humedales que acumulan materia orgánica con presencia de agua y se convierten en chupaderos de carbono. El 11 de julio del 2019 los ‘tejidos tradicionales del pueblo Urarina’ (cachihuangos) fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación. Son también grandes tejedores de hamacas, abanicos… A través de ellos transmiten su modo de concebir la vida y las relaciones. Los Urarina establecen un vínculo intenso con sus tejidos. En las últimas décadas también los tejen para la venta.

Hasta ahora el covid-19 no parece que les haya golpeado mucho en el río Chambira. Parece, porque no hay suficientes pruebas para comprobar el contagio en las 40 comunidades. Sin embargo, la administradora de la Clínica Tucunaré, Cesiah Vega, nos envió la foto del concentrador de oxígeno que el Vicariato les proporcionó. En ella se puede observar una señora que la está utilizando. No se sabe si la señora tiene covid-19, por falta de la opción de la prueba molecular, pero su saturación de oxígeno estaba baja con 83% y necesitaba estar conectada al concentrador. Gracias al oxígeno la señora se recuperó bajo el tratamiento adecuado. Durante este tiempo su esposo y sus cinco hijos la acompañaron en la clínica.

La Clínica Tucunaré lleva más de 20 años trabajando en la zona del Chambira. Es una obra de la FAAN (Fundación Alemana de Ayuda al Nativo), en convenio con la DIRESA. En estos 20 años ha pasado mucho personal sanitario por ella: Algunos europeos y otros peruanos. Todos al servicio del pueblo Urarina.

La FAAN había comprado un concentrador en el último año para tratar las neumonías graves en la misma clínica para evitar las evacuaciones a Iquitos tan dispendiosas y onerosas para los pacientes. Por problemas de aduana, el envío duraba más de 9 meses y ambas maquinas llegaron al mismo tiempo. “Así estamos bien preparados ante los casos graves por coronavirus y neumonías”, dice la gerente Dra. Celina Albanus.

La pandemia recién está comenzando en el Chambira. La apertura de la navegación por los ríos amazónicos puede estar propagando la pandemia hasta los lugares más recónditos. Las primeras pruebas rápidas con resultado positivo han mostrado la llegada del Coronavirus en la Cuenca. Las siguientes semanas mostrarán si habrá casos graves de COVID-19. Siempre hay que recordar la necesidad de pruebas rápidas, equipos de protección personal, medicinas, mascarillas…

Para poder realizar su trabajo normalmente cuentan con un bote de brigadas y una hidroambulancia. No obstante, la hidroambulancia quedó paralizada en Iquitos por trámites de documentación desde ya el mes de diciembre 2019 y está operativa donde se necesita, en el río Chambira.

También falta ocupar las plazas vacantes del Técnico Sanitario, del Técnico Laboratorio y de la Obstetra en la clínica Tucunaré, por parte de la DIRESA. En realidad, no es un apoyo a la Clínica Tucunaré, sino al pueblo Urarina al cual sirven.

El pueblo indígena Urarina fue duramente golpeado en el pasado por distintos tipos de epidemias. Todavía se está a tiempo de proporcionar el personal y los equipos necesarios para que puedan superar el COVID-19. Aparte del COVID-19 no hay que olvidar las enfermedades endémicas como la malaria y enfermedades que no paran con la llegada del coronavirus (neumonías, abscesos, disenterías, problemas en partos…). Parece que el stock de la DIREMID está tan desabastecido, que ahora no pueden apoyar con varios medicamentos básicos. La Clínica Tucunaré se está alimentando de sus reservas con la cual pueden asegurar el servicio de salud a los pacientes de cada día y hospitalizados. Sin embargo, ya no falta mucho tiempo hasta que falten también los medicamentos más básicos. El último frasco de Ampicilina se usó en la paciente mencionada con la neumonía.

Concluimos esta nota con la memoria del P. Gonzalo González, que en paz descanse, que visitó frecuentemente el río Chambira en la década de 1960. Todavía algunos ancianos urarinas le recuerdan.

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