En memoria de Santiago Manuin Valera

Su fragilidad física como consecuencia de las balas que recibió, contrastaba con su fortaleza personal; en una oportunidad dijo: “a Santiago le falta una pierna pero su mente y su espíritu están completos”. Cuando llegó su turno de hablar con el Papa en representación de su pueblo Awajun Wampis  le dijo: “rece por mí”.  El Papa  puso las manos en su cabeza y oró en silencio un buen  rato; el silencio orante  se extendió  por aquella asamblea integrada por miles de personas, la mayoría representantes de los pueblos amazónicos. Santiago se emocionaba cuando recordaba aquella profunda experiencia espiritual.

Foto: CAAAP

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Por: Las hermanas Siervas de San José de la Provincia de Perú-Bolivia.

17:30|08 de julio de 2020.- Las Siervas de San José hemos tenido la dicha de haber conocido desde hace muchos años a Santiago Manuin Valera y de compartir con él espacios importantes de nuestro caminar con los pueblos Awajun y  Wampis desde nuestra Misión de Wachapea- Chiriaco.

Sus hijas estudiaron en la institución educativa de la Misión  y él, como padre de familia, siempre deseó para ellas una educación de calidad. Participó en asambleas y faenas desde los valores culturales del trabajo comunitario, la participación y la búsqueda colectiva de iniciativas para mejorar el funcionamiento de la institución educativa de Fe y Alegría 62 Huachapea –  Chiriaco. Gracias a estos espacios de reflexión conjunta se ha logrado que los valores propios de la cultura estén siempre presentes.

Como creyente que vivió su compromiso laical en la Iglesia Católica, participó en las asambleas de la Pastoral de la Selva. Su aporte fue muy valioso para la inculturación de la fe en la cultura Awajun – Wampis. En los encuentros de formación para los etsejen (catequistas) en el Centro de Espiritualidad de Tunans, participó como guía compartiendo su experiencia de fe.

Estuvo siempre abierto a todas las oportunidades de formación y por eso consiguió un currículo de alta cualificación. Experto en Derechos Humanos, con una maestría otorgada por la Universidad de Deusto (España). Lo que él consiguió lo procuró para sus hijas e hijos por eso la mayoría de ellos ya son profesionales; lo mismo quiso para los/as  jóvenes que son las nuevas generaciones de su pueblo.

Como hombre de síntesis que era, creyó en la interculturalidad y la encarnó en su propia persona pues la formación  que adquirió en diferentes espacios la integró con la sabiduría propia de su identidad cultural awajun, su cosmovisión, sus costumbres y la búsqueda constante del Buen Vivir como filosofía de vida.

Santiago fue un líder nato. Siendo muy joven fue elegido presidente del Consejo Awajun Wampis y en el post Baguazo promovió el Consejo Permanente  de los pueblos Awajun  del cual fue presidente hasta sus últimos días. Como dirigente siempre asumió con fidelidad los mandatos de las bases y por eso representó con sabiduría y valentía los intereses de su pueblo.

Recibió importantes reconocimientos por su trayectoria como defensor de la naturaleza y promotor del desarrollo  de los pueblos Awajun y Wampis. Cabe destacar:

En 1994 el Premio Reina Sofía por su trabajo en defensa de la Amazonía y de los Derechos Humanos.

En 2014 el Premio Nacional de Derechos Humanos por su servicio a favor de los Pueblos Amazónicos y la protección de la Amazonía.

En el conflicto llamado Baguazo, será siempre recordado como líder emblemático. Su sólida formación y la sabiduría heredada de sus ancestros le permitieron tener claridad sobre la causa que como pueblos amazónicos tenían que defender. Fue elegido como integrante del Comité de Lucha de la llamada “Marcha Jíbara” que bloqueó la carretera Fernando Belaunde Terry a la altura de la Curva del Diablo. Su insistencia era que esta lucha por una causa justa fuera pacífica.

Ante el inesperado operativo de desalojo  planificado y ejecutado por la DINOES, en la madrugada del 5 de junio del 2009, Santiago expuso su vida invocando el diálogo y clamando paz.

Cuando despertó gravemente herido en un hospital de Chiclayo, los policías que lo custodiaban como detenido le contaron que había 33 fallecidos; Santiago lloró “por los hermanos policías que murieron por obedecer órdenes injustas y por los hermanos indígenas que murieron por la defensa de su  territorio”.

Su fragilidad física como consecuencia de las balas que recibió, contrastaba con su fortaleza personal; en una oportunidad dijo: “a Santiago le falta una pierna pero su mente y su espíritu están completos”.

Fue uno de los sabios amazónicos que acompañó de cerca al Papa Francisco en su visita a Puerto Maldonado. Cuando llegó su turno de hablar con el Papa en representación de su pueblo Awajun Wampis  le dijo: “rece por mí”.  El Papa  puso las manos en su cabeza y oró en silencio un buen  rato; el silencio orante  se extendió  por aquella asamblea integrada por miles de personas, la mayoría representantes de los pueblos amazónicos. Santiago se emocionaba cuando recordaba aquella profunda experiencia espiritual.

Acercarse a la biografía  de Santiago Manuin Valera es una oportunidad para conocer a los pueblos Awajun y Wampis porque él vivió plenamente su identidad cultural. Las nuevas generaciones tienen un referente  para “entender y acoger su pensamiento y a partir de allí construir y reconstruir  nuestro pueblo y nuestra nación” como mencionó el joven escritor awajún, Bikut Toribio en RPP.

Nuestro hermano Santiago y los que como él nos dejaron en estas últimas semanas, víctimas del COVID 19, nos seguirán acompañando con el Señor Resucitado, en nuestro caminar con los pueblos Awajun y Wampis.

Con mucho agradecimiento y solidaridad  en este momento de dolor, con su  familia y su pueblo.

 

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